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¿Te estás planteando utilizar tu bicicleta para ir al trabajo? ¡Fenomenal! La bicicleta no solo es una opción ecológica, sino que también es una forma divertida, económica y saludable de desplazarte.
Estamos muy contentos de que consideres pasarte a la movilidad urbana sostenible y usar la bicicleta para ir al trabajo. Para facilitarte el camino, aquí tienes algunos beneficios, tips y consejos para empezar a emplearla como medio de transporte principal para ir al trabajo. ¡Toma nota!
Beneficios de usar la bicicleta para ir al trabajo
1. Sostenibilidad
La bicicleta es un medio de transporte sostenible que no emite gases contaminantes ni aumenta la congestión del tráfico. Así mismo, las bicis en todas sus formas y colores pacifican las ciudades, no generan ruidos molestos y en su proceso de fabricación se emite menos CO₂ que para hacer un coche.
2. Ahorro económico
Dejar el coche aparcado (o cambiarlo por una bici) en casa significa menos gastos en gasolina, aparcamiento y mantenimiento. Una bicicleta es una inversión mucho más asequible, con menos mantenimiento y que usarla no comporta ningún (o muy poco) gasto. Tal y como apunta un estudio, usar «la bicicleta eléctrica en ciudad supone un ahorro de 2.000 euros anuales respecto al coche».
3. Salud física y mental
El pedaleo regular mejora la salud cardiovascular, la resistencia y reduce el estrés. Es una excelente manera de mantenerse activo. Un paseo en bici aumenta la creatividad, disminuye el estrés y mejora la calidad del sueño.
Te contamos más beneficios de la bici en este otro post:
Bicicleta como medio de transporte: ventajas y desventajas
Una vez que ya tenemos claro los beneficios es hora de pasar a los consejos y tips:
8 CONSEJOS CLAVE PARA EMPEZAR A USAR LA BICI PARA IR A TRABAJAR
1. Elige el tipo de bicicleta adecuada
Lo primero que debes hacer es encontrar la bicicleta adecuada. Visita una tienda de bicicletas o haz un poco de investigación en internet para encontrar un modelo que se adapte a tus necesidades. Considera factores como la comodidad, el peso, el tamaño y el tipo de terreno que enfrentarás en tu ruta hacia el trabajo.
¿Tienes mucha cuesta arriba en el trayecto de ida o vuelta? Pues quizá lo mejor para tu caso es hacerte con una bicicleta eléctrica como la Ossby GEO para ir al trabajo. En caso de que el camino sea mucho más llano o con subidas muy suaves, siempre puedes optar por las tradicionales.
En cualquier caso, siempre que vivas en ciudad, lo que recomendamos para luego guardarla en casa, es una plegable. ¿Qué debe tener la mejor bicicleta eléctrica plegable? Te lo contamos en este artículo, pero ya te adelantamos que apostamos por la GEO.

2. Planifica tu ruta
Primer e imprescindible paso: elegir bien la ruta para ir de tu casa a tu lugar de trabajo. Entra en Google Maps o en algún navegador (nosotros en Madrid usamos mucho Citymapper), define el origen y el destino y haz clic en “Cómo llegar”. Entre los resultados, te aparecerá la opción de ir caminando, en coche, en transporte público… ¡o en bici! Escoge esta última opción y descubre diferentes rutas para llegar a tu sitio de trabajo.
Generalmente, el buscador te ofrecerá primero aquellos trayectos que cuenten con carriles bicis o rutas ciclables. Cuanto menor contacto tengas con las carreteras convencionales (y menos aún con las que tengan mucho tráfico), mejor. Elige una de las opciones que te plantea la aplicación pensando en la seguridad, la rapidez y la comodidad del camino.
3. Seguridad: no olvides los accesorios y elementos obligatorios
Las luces (delantera y trasera) y el timbre son obligatorios. Tampoco olvides ponerte el casco, un opcional superrecomendado que debes utilizar desde el primer día, tanto por tu seguridad como por la de quienes te rodean. Pero también hay otros accesorios que te pueden venir fenomenal para ir al trabajo, como unas gafas para evitar los mosquitos o el deslumbramiento, una funda donde puedas resguardar la bici cuando la dejes en la calle o unos guantes especiales para ciclistas.
Si vas al curro en bici estamos seguros de que necesitarás una mochila, busca una que se pueda acoplar a tu bicicleta en las alforjas o en el sistema que tenga la propia bicicleta. Aconsejamos una mochila que tenga franjas reflectantes y que sea lo suficientemente amplia para poder meter tu portátil o libretas, una botellita de agua y tus imprescindibles para una jornada laboral.
4. Prueba un día sin presión y con el tráfico calmado
Esta es una de las mejores recomendaciones que podemos hacerte. Antes de llevar el primer día tu bici al trabajo, haz una prueba en otro momento en el que tengas tiempo y puedas analizar tu ruta con tranquilidad. Si es posible, busca un día en el que haya menos tráfico, por ejemplo: un domingo, para que estés más relajado/a. Así podrás ver el tiempo exacto que tardas, tu capacidad física para llegar sin contratiempos o la comodidad de la vía. Además, también podrás ver otras necesidades que puedan surgir, como una botella de agua para el cuadro o unos zapatos adecuados para pedalear.
5. Conoce las normas de tráfico
Es la parte más importante a la hora de utilizar la bicicleta para ir al trabajo: sigue siempre las normas de tráfico y no circules por vías que no son adecuadas, como las aceras.
En este artículo puedes leer más detalles sobre este punto:
¿Por dónde deben circular las bicicletas en ciudad (en España)?
Recuerda que estás empleando un vehículo más y que tanto tu seguridad como la de los peatones es muy relevante. Por eso tampoco debes usar auriculares o mirar el móvil, ya que puedes tener un accidente totalmente evitable.
6. No te preocupes por sudar
Esta es una de las principales razones por las que a mucha gente le da reparo ir en bici al trabajo. Sin embargo, hay muchísimas formas de evitar llegar con sudor. Lo primero que debes hacer es llevar ropa transpirable y cómoda. Pero, además, puedes llevar en tu mochila una camiseta de recambio, una pequeña toalla y un bote pequeño con desodorante. Otro truco es no llevar la mochila en la espalda, sino en un bolso especial que se sujete al cuadro, una cesta o algún tipo de alforja.
En el caso de que tengas que hacer trayectos muy largos y en climas más cálidos, siempre puedes barajar la opción de una bicicleta eléctrica. El motor con asistencia al pedaleo con el que están equipadas harán mucho más simple tu trayecto y no te tendrás que preocupar por el sudor. Puedes echarle un ojo a nuestro post titulado «Mejores bicicletas eléctricas urbanas plegables» por si te quieres pasar a la ebike.
7. Busca un aparcamiento o lugar donde dejarla
Si el edificio donde trabajas cuenta con un aparcamiento especial para bicis o un cuarto cerrado donde tenerla durante tu jornada laboral, ¡genial!. Bravo por tu compañía, por apostar por la movilidad más sostenible. En caso contrario, recuerda que debes atarla con un candado adecuado (también puedes usar varios para anclar diferentes zonas de la misma) en un lugar en el que no entorpezca la circulación de los peatones (también la de aquellos que posean movilidad reducida).
Y ya puestos a recomendar, una bicicleta plegable es una buena aliada. Por más pequeña que sea tu oficina o lugar de trabajo, estamos seguro de que podrás dejarla junto a un mueblo o escritorio.
8. Aprende un poco sobre bicicletas
Es fundamental conocer los aspectos básicos de tu bicicleta, revisa el manual de usuario y recomendaciones. Aprende a realizar ajustes menores, como volver a poner la cadena en su sitio si se sale, y a mantenerla en buen estado. Esto te ayudará a resolver problemas rápidamente en caso de necesidad.
En cualquier momento, todos los bike lovers podemos sufrir un pinchazo, una pequeña avería o cualquier otro contratiempo. Así que, por si en algún momento necesitas ayuda, busca en internet las tiendas más cercanas a tu ruta hacia el trabajo. Ten siempre esa lista a mano porque algún día puedes necesitarla.
No obstante, también puedes buscar tutoriales con algunos básicos, como qué hacer cuando se te sale la cadena, cómo cambiar una rueda o cómo inflarla con ayuda de un pequeño bombín. ¡El saber no ocupa lugar!
Ahora que ya conoces los consejos imprescindibles a tener en cuenta a la hora de llevar tu bicicleta para ir al trabajo, ¿qué te queda? Pues ponerte manos a la obra y probar. Tanto tu salud (física, mental y monetaria) como el medio ambiente lo agradecerán.